No obstante, no es oro todo lo que reluce. Es cierto que existe un verdadero frenesí por llevar contenido a la pantalla del teléfono de Apple, pero resulta muy exagerado calificar de 'aplicación móvil' todo lo que se puede descargar de la App Store.
Para empezar, muchas 'aplicaciones' son poco más que iconos de acceso directo a versiones ligeras de páginas web informativas. Por otra parte, más de un tercio de las 'aplicaciones' sensibles a la ubicación, como son las guías locales o de viajes, están producidas a partir de una plantilla única, sobre la que sus editores cargan los datos de cada ciudad. La guía de Barcelona, digamos, es idéntica a la guía de Bangkok, pero con los datos de Barcelona en vez de los de Bangkok. Hay un desarrollador, Molinker, que ofrece más de 800 'aplicaciones' de este tipo. ¿Hay que contarlas como 800 o como una sola?
Algo parecido ocurre con los e-libros para iPhone: una de cada cinco 'aplicaciones' que se han incorporado al catálogo de la App Store durante el mes de octubre son libros electrónicos, que se han situado como la categoría más activa tras superar a la de juegos. La diferencia entre un título y otro de un mismo editor está en el contenido, no en la aplicación que se usa para visualizarlo. ¿Debe contar cada libro como una aplicación distinta?
El éxito de Apple con el iPhone está fuera de toda duda, pero de 100.000 aplicaciones, nada de nada.
Fuente: canalpda